¡Es el usuario estúpido!: husmeando con Martín Gómez

En esta entrada me centraré en reseñar y comentar la intervención de Martín Gómez en el curso sobre libro 2.0 de la UPF ya mencionado anteriormente aquí. Martín …

En esta entrada me centraré en reseñar y comentar la intervención de Martín Gómez en el curso sobre libro 2.0 de la UPF ya mencionado anteriormente aquí. Martín es blogger y gestor de contenidos para empresas del sector del libro y del ámbito digital. Hace tiempo que sigo su bitácora electrónica (http://www.elojofisgon.com) y fue precisamente a través de la misma como me enteré de la existencia de este curso que vengo comentando.

Martín es afable y comunicativo, genera al tomar la palabra un clima de confianza y se nota que cree en lo que dice. Viene a hablarnos del nuevo papel del lector y de la crisis de la crítica tradicional. Comienza su exposición afirmando que al lector no se le da normalmente un papel central en las reflexiones sobre el mundo del libro. Debemos volver a otorgarle la importancia que se merece y alejarnos de los meros discursos corporativos en defensa de los intereses de este o aquel gremio.

Gómez nos pasa para que le demos un vistazo el texto “Los demasiados libros” ,de Gabriel Zaid (http://unlibroaldia.blogspot.com.es/2011/02/gabriel-zaid-los-demasiados-libros.html). Mientras el libro circula, nos explica que la cultura es una conversación, que cualquier acto cultural debe ser entendido como un intercambio dialéctico. Organizar una biblioteca, ordenar las secciones de una librería, definir y proponer un catálogo en una editorial, crear y pensar los diferentes caminos dentro de una web, todas estas acciones no tienen en el fondo otro sentido que el de armar una tertulia, fomentarla, alentarla, alimentarla. No debemos perder de vista aquellas reuniones paleolíticas en las que, entorno a la magia telúrica del fuego, se comentaban de viva voz textos orales que daban sentido al cosmos.

En este sentido, quisiera añadir la reflexión de una de las directoras de curso, Neus Arqués (cofundadora de la empresa de comunicación Manfatta: http://www.manfatta.com/), que realizó durante el mismo una comparación que considero atrayente: una web es como un bar. Si yo soy el dueño soy a su vez el responsable de animarlo y hacerlo atractivo.

En definitiva, las tecnologías cambian pero lo importante, como dice José Manuel Lucía (http://forcolaediciones.com/blog/la-mejor-manera-de-predecir-el-futuro-es-inventandolo/) sigue siendo el contenido, no el soporte.

Me llama mucho la atención en relación a esta última idea una aseveración de Martín. El blogger nos dice que la palabra “libro” se queda pequeña para denominar los resultados de todos los modernos procesos que se están dando en los nuevos entornos digitales. Y es que, como decía Radio Futura, el futuro ya está aquí. Los nuevos formatos no son ocurrencias livianas sin porvenir. Si bien, como dice Bernat Ruiz, hoy por hoy el libro digital es una excrecencia del producto analógico, el porvenir de la industria editorial pasa por comprender esta polisemia que nos muestra Gómez.

Y es a partir de la constatación de estos dos hechos, la conceptualización de la cultura como encuentro e intercambio de “logos” y la aparición de nuevos formatos sumados a las posibilidades comunicativas derivadas del uso de las herramientas digitales, como pasamos a dar al lector un nuevo rol. Tengamos en cuenta que:

a) El nuevo usuario es activo. En internet no encontramos mercados sino conversaciones. No se puede entrar un foro y soltar un argumento de venta puro y duro, ya que seremos rechazados. Los que estén suscritos al facebook de Anagrama, a mi modo de ver, tiene un ejemplo de un enfoque inadecuado.
b) Las pequeñas y medianas empresas pueden conocer mucho mejor a sus clientes e interactuar con ellos. Martín cita una serie de editoriales independientes como Libros del K.O. (http://librosdelko.com/) o Fórcola (http://forcolaediciones.com/).

Los famosos mercados de nicho de C.Anderson aparecen con claridad y le dan un papel más activo al lector/cliente/usuario(di mi propia visión crítica en: http://enviedebarcelone.blogspot.com.es/2012/04/el-futuro-ya-esta-aqui.html).

Teniendo todo esto en cuenta, hemos de dar el salto y pasar de la conversación al negocio. Me alegré de que Martín hablara claramente de “llenar la nevera”, de la necesidad de que las empresas editoriales sean autosuficientes. Para poder alcanzar la rentabilidad hoy hemos de, más que nunca, preguntarnos para quien editamos. Internet nos ofrece unos recursos sin igual para conocer a nuestro público. Martín nos habla de las tensiones entre una visión del proyecto editorial que quiere centrarse en primer lugar en una propuesta propia, bien definida desde arriba, que si es de calidad y constante alcanzará su público, y una orientación que, ya de partida, tenga en cuenta las demandas del mercado. ¿De nuevo el punto de equilibrio entre estas dos posturas nos permitiría realizar una propuesta atractiva?.

El ojo fisgón en Literalia TVPara finalizar, [El ojo fisgón] comenta el papel de la crítica. Teniendo en cuenta todo lo anteriormente comentado, debemos desolemnizarla. Los tiempos del mandarinato cultural parecen haber llegado a su fin. Si los editores perdieron hace tiempo el monopolio del acceso a la prensa(no dejaban de ser unos “gate keepers” gracias a la economía de la escasez)los críticos son cada vez menos escuchados. El mero hecho de escribir una reseña en Babelia u otro cultural de la prensa “seria” ya no le da a uno relevancia. De hecho, parece ser que cada vez acudimos más a otros usuarios(cultura del “peer to peer”) para asesorarnos sobre la calidad de los contenidos. Los apoyos cruzados, los amigueos, los intercambios de elogios y promociones, quedan pues bastante cortocircuitados, abriéndose nuevas oportunidades a voces heterodoxas, en ocasiones certeras y feroces.

Pero de todo este nuevo paradigma surgen nuevos problemas: ¿cómo nos ganamos la autoridad en internet?, ¿quién avala las informaciones?, ¿cómo estructuramos y jerarquizamos las opiniones?. Martín termina afirmando que, aunque es previsible que próximamente el ágora digital venza a la opinión de los medios consagrados, aún debe estructurarse mejor para lograr una centralidad plena.

Yo opino que el propio Martín, con su buen hacer, está mostrando como los nuevos profesionales independientes están ganando relevancia. Sirva esta entrada para mantener activo el espíritu de [El ojo fisgon], que permanece temporalmente cerrado para disfrutar de unas merecidas vacaciones.

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