Escribir, editar, conservar y leer son cuatro procesos relacionados con una sola experiencia compleja: la de la transmisión de la cultura. Una biblioteca es un conjunto pequeño o inmenso de datos, de cifras, de signos que aguardan ser descifrados, incorporados, mantenidos vivos gracias a la lectura. Un libro, una biblioteca, es una respuesta a la incertidumbre: es un orden que incorpora lo azaroso, lo indeterminado. Así que una biblioteca, lejos de ser una realidad apartada es, por el contrario, una entidad profundamente relacionada con la vida.
Este pequeño libro es una magnífica introducción, no exenta de erudición a pesar de su brevedad, a la arqueología del libro y las bibliotecas, privadas y públicas, desde los papiros, cuyo material se importaba de Egipto, a la vitela, en la que se comenzó a copiar en el siglo IV todos los textos de la Antigüedad.