UNA HISTORIA PERSONAL DEL CAPITALISMO

* Una reseña de David Soto Carrasco. @dsotocarrasco A propósito de: César Rendueles, Capitalismo canalla. Una historia personal del capitalismo a través de la literatura. Madrid, Seix Barral, …

Capitalismo Canalla* Una reseña de David Soto Carrasco. @dsotocarrasco

A propósito de: César Rendueles, Capitalismo canalla. Una historia personal del capitalismo a través de la literatura. Madrid, Seix Barral, Editorial Planeta, 2015, 231 pp.

Estaba trabajando en Ecuador, intentando concentrar mis esfuerzos de estudio, o mis afanes que allí dirían, en desentrañar las posibilidades de imbricación entre formas comunitarias y los nuevos proyectos de construcción estatal que se daban en América Latina cuando llegó a mi pantalla el comentario realizado por Antonio Pérez Adsuar para Libros de Ensayo de Sociofobia, una obra que fue elegida por la web de El País como el mejor ensayo del año 2013 y que ha gozado de una circulación incuestionable no solo en el mundo académico. Hasta ese momento, César Rendueles era para mí un casi total desconocido. De hecho, el tema, en principio me pareció alejado de mis preocupaciones. Del autor, sabía que se había ocupado de Polanyi pero poco más. Sin embargo, como puso de relieve Adsuar en su certera reseña el profesor de sociología de la Universidad Complutense revelaba algunas claves precisas sobre la sociabilidad que emergía con las tecnologías de la información en el nuevo capitalismo y que tenía en verdad mucho que ver con mis preocupaciones sobre la aceptación del nihilismo en las sociedades postmodernas pero también sobre las posibilidades de imaginar nuevas formas comunitarias democráticas. Allí se ponía de manifiesto entre otras cosas la necesidad de una ética del cuidado pero también que algunos proyectos políticos arrastran tras de sí una herencia criminal pavorosa.

En esta estela, Rendueles acaba de publicar Capitalismo canalla. Una historia personal del capitalismo a través de la literatura, una imaginativa crónica que reconstruye de manera crítica y personal el legado terrorífico del capitalismo y los dilemas políticos de nuestro tiempo mediante escenarios de novelas, poesías y obras de teatro. Historia, vida, experiencia personal y ficción se mezclan en un ensayo que pone de relieve que la transformación social está todavía a nuestro alcance.

Bajo este punto de vista, en línea con las sugerencias de H. U. Gumbrecht, Rendueles interpreta los textos literarios centrándose en los estados de ánimo o Stimmungen que produce la obra y así obtiene la “tonalidad” de nuestra época. Los Stimmungen es una categoría filosófica que nos permite sentir las obras en relación con las realidades extralingüísticas, ponen en contacto nuestro cuerpo con el mundo de un momento histórico determinado, los llena de vida y los identifica con un ambiente que dotado de un sustancia física nos interpela. Este es el gran acierto de libro de Rendueles, nos toca desde dentro. Sin intención de establecer un canto, reconstruye el rastro de procesos reales disueltos. Ha reconocido el estado de ánimo y el tono propio del capitalismo contemporáneo. Por un lado, ha identificado el lado trágico de la modernidad pero, por otro, espera inevitablemente un acontecimiento: “La buena noticia es que por primera vez en décadas intuimos la existencia de una salida de emergencia, escarpada y en parte cegada, hacia la democracia radical”.

Al mismo tiempo, considero que hay algunas tesis de mayor calado que quedan escondidas en la forma de presentación del volumen y que no deben ser pasadas por alto. Reconocerlas nos ayuda a entender el proyecto del libro pero también el del propio Rendueles. Por una parte, el autor acepta el diagnóstico nietzscheano y asume que la modernidad ha supuesto la implantación definitiva del nihilismo como destino de época. Adecuadamente cita a Dostoievski. Con Weber también asume que las diversas formas de racionalización han producido un irreversible desencanto del mundo que ha retirado los valores de la esfera pública, pero por otra parte, asumiendo la pérdida de valores de nuestra época, el sociologo no cae en el vacío nihilista sino que apuesta por la posibilidad un nihilismo activo que desde la aceptación del diagnóstico abra un campo para que pueda emerger una verdadera emancipación política.

El volumen se divide en siete capítulos que parten de la idea, que Rendueles ha manifestado recientemente, de que los compromisos tácitos basados en sentimientos compartidos han desaparecido. Esto se debería fundamentalmente al avance singular del capitalismo. En este sentido, el primer capítulo es un intento de mostrar la excepcionalidad histórica del mercado generalizado y de su lógica. Una lógica que sistematiza e impone la injusticia, la desigualdad y la irracionalidad. Pese a todo, se ha impuesto. Como recoge Rendueles, como en W de Perec, al final lo hemos terminado aceptando: “Hay que luchar para vivir. No hay otra opción”. Lejos de la dinámica de la mano invisible neutral el capitalismo termina imponiendo relaciones de fuerza entre dos partes.

En el capítulo segundo se analiza precisamente el surgimiento del trabajo asalariado, “una extravagancia histórica”, pero determinante para este relato. Dickens, B. Traven y Orwell entre otros lo vieron claro. También Steinbeck cuando en Las uvas de las irá proclamó aquello de: “No soy más que un dolor cubierto de piel”. Por su parte, el tercer capítulo pone de relieve los conflictos que se dan en el seno del capitalismo pero también las contradicciones, tanto sociales como personales, que irrumpen dentro de los propios procesos revolucionarios. El cuarto capítulo arranca con un: “Hay que trabajar. Fin de la discusión”, que refleja ese estado de ánimo canalla de que hay que aceptar cualquier cosa. El autor lo describe de manera unívoca cuando establece la relación íntima entre colonialismo y trabajo, entre esclavitud y trabajo, que impone condiciones de subordinación que no aceptaríamos en otro ámbito de nuestra vida.

La crisis económica y social de principios del siglo XX es analizada en el capítulo quinto. El crash del 29, las guerras imperialistas y el surgimiento de la URSS dieron lugar a que la cuestión social en occidente se cerrará con el desarrollo de una fuerte clase media y de lo que se llamó el Estado del Bienestar. El fordismo, el taylorismo, etc., dan cuenta de ello en cuanto al modo de producción pero también de vida. El consumo sustituyó a la emancipación. Es más, dejamos de definirnos por ideas, para hacerlo por la lista de la compra. Llegados aquí no es extraño que se aluda a Pasolini en el capítulo seis. Ahora sabemos, que aquella conformidad impulsó hegemónicamente las políticas neoliberales y con ella la despolitización de diferentes esferas de acción. Rendueles acierta una vez más cuando al hablar del caso español asevera que: “Comimos mentiras con avidez”; “siempre supimos que una casa no valía tres o cuatro vidas de trabajo”. Pero pese a todo, nos subimos al globo de la prosperidad que ocultaba la verdadera cara del sistema. Cuando se pinchó, reveló su crueldad en forma de sufrimiento, otra vez, para los más débiles. Aún estamos ahí. Sin embargo, Rendueles con esperanza relata en el séptimo capítulo que algo pasó el 15-M de 2011 cuando “salimos a las plazas y descubrimos la radicalidad de la normalidad”.

En definitiva, el autor nos presenta un sugestivo y personal trabajo que invita a la reflexión sobre las posibilidades desde las que pueda abrirse camino la emancipación política en tiempos de neoliberalismo. Para ello, ha reconstruido mediante un copioso recurso a la literatura la historia salvaje del capitalismo. Con cierta esperanza el ensayo plantea que el 15-M abre la posibilidad de construcción de un democracia radical en la medida en que viene a revelar la ilegitimidad del relato neoliberal hegemónico. A mi modo de ver, es claro que dicho proceso pasa para Rendueles por la vuelta a un ideal comunitario roto por el capitalismo. Las referencias a las resistencias campesinas, a los procesos de solidaridad comunitaria, al apoyo mutuo, incluso a Nacho Vegas o García Calvo lo ponen en evidencia. Es más, consideró que cualquier proceso de emancipación política tras el 20-D y con un ciclo electoral largo por delante debe ir en este recorrido. Sin embargo, la cuestión que me surge entre otras es la de cómo pensarlo desde categorías políticas que no caigan ni en el impoliticismo ni en construcciones identitarias verticalistas. En este sentido, hay que agradece a César Rendueles haber abierto con agudeza la puerta en España para este debate.

César Rendueles
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    Dejo aquí esta entrevista de César Rendueles en El País que nos ayuda a entrar de lleno en su último trabajo, quizá uno de los ensayos más lúcidos que se han publicado este 2015.

    http://cultura.elpais.com/cultura/2015/11/16/actualidad/1447690345_299017.html