EL LECTOSAURIO: PAPÁ, TU LIBRERO ES UN ROBOT

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*Cuaderno de edición escrito por Antonio Adsuar

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Ya hemos vuelto de #Liber2014. Esta edición de la feria se celebró en Barcelona, en el recinto de la plaza de España. Ya es el tercer año que acudo a la cita y mi valoración es en general positiva. Otros bloggers amigos, mucho mejor conocedores de la evolución de este encuentro, ya han evaluado acertadamente su necesaria reforma. Yo, como muchos de los lectores habituales de Ecos de Sumer sabéis, me centro más en las charlas y encuentros sobre el futuro del sector editorial que en la vertiente más industrial de Liber que, evidentemente, es la principal.

¿Por qué considero que #Liber2014 fue provechoso?. Porque en las diferentes mesas redondas había aire de cambio. «Eppur si mouve», como dijo Galileo. Escuchar hablar del porvenir a pesos pesados de Planeta como Jesús Badenes fue estimulante. Es cierto que tras el desastroso programa de charlas del año pasado en Madrid las actividades que ha planteado Imma Turbau de «Container Contenidos» fueron bastante variadas y atractivas.

De las muchas notas que tomé en las ponencias a las que asistí me he decido a tratar un tema genérico que flotaba en el aire y que tiene que ver mucho con lo que hacemos en librosensayo.com: la progresiva e imparable «robotización» de la recomendación de lecturas. Es un fenómeno que se está dando en el conjunto de la sociedad: cada vez más conocemos productos y personas a través de internet y menos en el mundo físico, presencialmente. El más que probable cierre de librerías desgraciadamente va a continuar y los espacios y comunidades de descubrimiento de lecturas y contenidos en la red van a ganar importancia.

a)La expansión del «lectosaurio: libreros de metal

Cada vez somos menos lectores y más usuarios: el lectosaurio se está expandiendo por la tierra. No quiero decir con esto que leamos menos. Leemos diferente y los nuevos libros nos salen al encuentro en muchos casos mientras miramos una pantalla. ¿Y quién es el que propone este texto que me asalta mientras cliceo?, ¿un robot mediante un algoritmo o un humano?.

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Permitidme aquí recordar brevemente un granito de la historia de internet: al principio la web era un caos, no sabíamos como encontrar información. Aún recuerdo un libro que se compró mi padre donde venían las URL’s en plan listín telefónico con su «http://www» incluido. Ahora parece un disparate pero nadie sabía como organizar aquella avalancha de datos y contenidos. Un buen día llegó Yahoo! y elaboró con el trabajo manual de personas humanas directorios de webs por temáticas. Pero la web crecía muy muy deprisa y aquel sistema no era viable.

Entonce apareció Google. Entre los muchos otros factores de éxito que determinaron la hegemonía de este buscador, fue clave para Google conseguir  «humanizar el algoritmo». Si alguien enlazaba mi web era como si la «votara», estaba de alguna forma diciendo que era buena. Aquella maraña de refefencias infinitas que era internet comenzó a ser algo abarcable; cuando yo buscaba un término los resultados que me devolvía Google tenían sentido.

Parecía pues haberse encontrado una respuesta a una duda radical: ¿Cómo humanizar lo inhumano?, ¿Cómo personalizar o masivo?. No obstante, esta respuesta, como todas, es parcial y se basa en unos criterios de los que debemos ser conscientes. Estos «algoritmos del gusto» no jerarquizan en relación a un supuesto valor objetivo del contenido sino que priman lo popular. Frente una lógica más propia de la cultura del libro que defendía la validez de la información por la autoridad de su fuente (¿recuerdan las enciclopedias de antes?) la nueva era-red prima la cultura de masas, la «democracia del cliceo».

La organización elitista de la cultura salta por los aires y el mar de internet ya no se estructura «de arriba a abajo» sino de «abajo a arriba». ¿Cómo afecta toda esta dinámica específicamente a los libros?. Veamos…

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Cóctel de recursos utilizados para elaborar este post

Todos sabemos lo que ha significado Amazon en la revolución de la industria editorial. Es una empresa líder que determina la actuación de todos los demás actores del sector. Pues bien, cuando Bezos inició su andadura contrató una legión de críticos literarios que trataban de proponer textos a los lectores de forma tradicional y humana; vinculaban sobre todo a unos lectores con otros, creando perfiles ideales a los que proponían libros similares.

Pero en Amazon mandan los ingenieros informáticos y estos percibieron pronto la ineficacia de estos «críticos a sueldo». Se pasó de esta recomendación clásica a encomendar la tarea a un algoritmo que ya no comparaba personas sino que relacionaba productos en base a metadatos. Las ventas se dispararon y los sugeridores humanos fueron despedidos. El algoritmo pasó a ser dueño y señor, el robot se consolidó como nuestro librero de cabecera (para más detalles sobre esta etapa inicial de Amazon véase «Big data: la revolución de los datos masivos» p.70 y ss).

Este sistema robótico-matemático, que es la base de toda o casi toda la publicidad masiva en internet, tiene sin embargo inconvenientes. La industria del libro es particular al generar sin cesar productos prototípicos, esto es ejemplares únicos y diferenciados. Un guarismo cibernético acertará con más facilidad al recomendarme tipos de coca-cola que libros. El algoritmo empequeñece nuestro mundo, lo estrecha en lugar de ensancharlo. Como dice Daniel Innerarity «¿Puede construirse el buen gusto teniendo en cuenta únicamente lo que ya nos gusta?. Este reduccionismo es especialmente dañino cuando lo que está en juego son nuestras lecturas y sobre todo las de nuestros jóvenes. ¿Hay alternativa?.

b)¿Hay vida lectora más allá del guarismo?

En su charla en #Liber2014, que ha sido fundamental para inspirar este artículo, Julieta Lionetti de 24symbols nos explicó la apuesta de esta plataforma de lectura por suscripción para superar esta pérdida robótica de diversidad cultural. Los amigos, como todos sabemos, siempre han sido la fuente más valiosa y diversa de recomendaciones lectoras fiables. Pues bien, en 24symbols ha digitalizado esta interacción off-line al permitirnos seguir las estanterías virtuales de otros usuarios. Cada vez que un amigo virtual sube un libro nuevo a su biblioteca nos llega un aviso.«Haremos de cada lector un librero», así lo expresaba Julieta.

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Presentación de Julieta Lionetti en #Liber2014

Se trata, como dijo también Guillem d’Efak de la agencia Balcells en otra ponencia, de aunar lo mejor de lo humano y lo mejor del algoritmo. Las charlas de los responsables de redes sociales de Planeta Carlos Yter y de Penguin Random House Agustín paz me sugirieron la misma idea básica: ¿cómo comunicarse humanamente a través de máquina con audiencias masivas sin caer en la despersonalización ni tratar a los lectores como números, fomentando a su vez la diversidad cultural y lectora?. He aquí la cuestión….

He intentado plantear el problema con relativa claridad. Espero que haya sido un esfuerzo útil. Las soluciones que aparecerán serán muchas y diversas, unas más acertadas, otras se quedarán en intentos valerosos. Pero lo importante es que ya tenemos una de las preguntas clave para la industria editorial del siglo XXI, un reto que nos permitirá hacer las cosas mejor que nuestros competidores de alto componente tecnológico; eso sí siempre que miremos al futuro y trabajemos para ganar rápido competencias digitales. No me resisto a ofrecer algunos consejos que me viene a la mente en formato telegráfico:

-Necesitamos prescriptores que sean capaces de realizarnos propuestas lectoras inesperadas para nosotros pero que nos resulten interesantes

-Más que prescriptores de libros en la era red seremos recomendadores de información multiformato proponiendo textos, audios, vídeos y puntos de conversación digital atractivos sobre el tema tratado

Ser transparentes a la hora de clarificar nuestros criterios de selección, tanto si son algorítmicos, humanos o usamos una combinación de ambas vías para aconsejar al lector, aportará un valor importante a nuestra labor como prescriptores

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Pasemos ya a la conclusión de hoy. Hay futuro para iniciativas y empresas que se dediquen a vender y recomendar contenidos sin plegarse a la «dictadura restrictiva del algoritmo». Aquellos que defendemos la diversidad cultural y venimos del sector editorial o del simple amor a los libros podemos jugar nuestro rol siempre que ofrezcamos propuestas de valor viables y eficaces en el complejo y tecnológico contexto-red.

Esta misma web en la que lees este post, amigo lector, es un intento de crear un espacio de «prescripción tranquilo» (la idea la he desarrollado en un reciente artículo en el número 24 de la revista “Trama y texturas”) alejado tanto de los intereses comerciales de los grandes grupos como de las dinámicas robóticas masivas de las corporaciones tecnológicas. Lo que encuentra Google no es lo que existe. ¿Seremos capaces de generar espacios digitales alternativos que preserven y potencien lo mejor de la cultura del libro?. Si conseguimos construir entornos atractivos y fácilmente manejables y obtenemos la respuesta de lectores activos y dispuestos a colaborar es posible que la respuesta sea afirmativa. Estamos todos convocados.

Antonio Adsuar

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Soy fundador e impulsor principal de librosensayo.com. Licenciado en historia por la Universidad de Alicante y doctor en filosofía por la Universidad de Murcia, tras hacer un máster en gestión cultural en la UOC descubrí la tremenda transformación que estaba viviendo la industria editorial, el mundo del libro y la cultura escrita en general con la llegada de internet.

Tras 8 meses de concepción y puesta en marcha del proyecto creamos con un grupo de amigos librosensayo.com en mayo de 2013. La idea básica era sencilla: construir un sitio abierto y colaborativo para reflexionar sobre el futuro de las industrias culturales centrándonos en repensar la industria editorial, el periodismo, la educación y el futuro de la sociedad conectada, ayudados por la aproximación a textos de sociología sobre la cultura y el consumo en la sociedad contemporánea.

►►¿Hablamos? Me encuentras en: adsuar.antonio[arroba]librosensayo.com o en twitter en @AntonioAdsuar o en mi perfil de Linkedin ¡Un saludo a todos!

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