EDICION 2030: ¿UNA ODISEA LECTORA?

    *Un artículo de Laura Martinez Ajona La tan provocadora como cierta frase de José Antonio Cordón, profesor titular del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad …

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*Un artículo de Laura Martinez Ajona

La tan provocadora como cierta frase de José Antonio Cordón, profesor titular del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Salamanca: “Lectura es una actividad anómala, artificial y que no tiene nada que ver con el ser humano” parece un adecuado inicio de la presente crónica sobre la mesa redonda Edición 2030: ¿Una odisea lectora?celebrada el pasado 2 de octubre, y organizada por el grupo AlumniCulturUOC y Librosensayo, una actividad ligada a las muchas que se organizaron con motivo del salónLiber 2014. En ella participaron Mariana Eguaras, consultora editorial, Salvador Foraster, librero, editor y director del espacio cultural La Casa de la Paraula y Antonio Adsuar, fundador de Librosensayo, como moderador. Y la cita resulta adecuada porque no acostumbramos a ser conscientes de lo anómalo de la actividad lectora, tan reciente en el tiempo en lo que al grueso de la población se refiere y a la vez, tan arraigada en nosotros, lectores, editores, traductores, correctores… qué menos que querer conocer unas pinceladas de su futuro más inmediato.

En la mesa redonda se pretendía hacer una previsión del escenario editorial de los próximos quince años,  partiendo de la realidad actual. Para comenzar,  Antonio Adsuar hizo una presentación de las personas invitadas a la mesa redonda, así como un resumen del panorama editorial actual, con unas pinceladas hacia dónde se está decantando.

Mariana Eguaras comentó la situación de numerosos autores, para los que la autoedición -tan en auge en este momento- supone una gran dedicación en tiempo y conocimientos, dedicación que no siempre les es factible, ya que los autores generalmente escriben textos y no libros, porque para que sea un libro, el texto debe ser corregido, maquetado, diseñarse la portada, realizar una labor de marketing y distribución, etc.

Por otra parte, están las condiciones contractuales propuestas por las plataformas de autoedición, un importante factor a tener en cuenta por los autores pero que a menudo no se toman en consideración; en resumen, los autores deberían profundizar sobre sus derechos y leer las condiciones de las plataformas.

En cuanto a todas las anteriores tareas, se hizo especial mención a la problemática de los autores en cuanto a la distribución, ya que por lo general, se trata de estructuras que les resultan inaccesibles. Otro punto sobre el que se remarcó fue el marketing, y es que para que resulte eficaz, debería preceder a la publicación del libro y tener en cuenta la interacción en las redes sociales. Así pues, con todas estas tareas entre manos, es lógico que los autores se sientan saturados, máxime cuando se trata de un tiempo que debería ser dedicado a escribir.

Para finalizar, Eguaras apuntó que se puede vivir de la escritura, no tanto de vender libros. En cuanto al futuro, aventura que dentro de 15 años habrá más autores y más lectores, aunque no de libros

Salvador Foraster comentó el movimiento de solidaridad generado entre sus clientes al saber que, la que había sido durante años una librería de referencia, especializada en psicología, cojeaba, y como resultado dicha librería tuvo un repunte entre los años 2011 y 2012. Foraster hizo hincapié en esa circunstancia por la implicación del público lector, que desea seguir leyendo y tener acceso a contenidos culturales de calidad. Por ello, actualmente se encuentra centrado en un nuevo proyecto de librería.

Foraster  explicó que una librería pequeña/ mediana, difícilmente puede vivir de la venta de libros, por lo que ha creado un espacio cultural con asociados, llamado la casa de la paraula y gestionada por una asociación cultural.

La casa de la paraula toca temas relacionados con el psicoanálisis y las humanidades, así como concibe exposiciones de pintura, actividades de debate, cafetería y la creación de una editorial a través de Pensódromo.  En resumidas cuentas, se trata de un espacio cultural financiado a través de una asociación a la que se puede pertenecer mediante cuotas, porque de nuevo, es el usuario el mayor interesado en que este tipo de proyectos prospere, ya que aparte de poder comprar un artículo u otro, le interesa la existencia  de un lugar cultural al que acudir para aprender, para sociabilizarse para investigar y disfrutar.

Fue remarcable un comentario en especial: “Si el autor no puede vivir de vender libros, las librerías tampoco”. De nuevo, la reinvención de espacios y de maneras de concebir ambos: cultura y formas de ganarse la vida.

Por su parte, Antonio Adsuar  avanzó que el lector del futuro será, como ya empieza a serlo, multisoporte y multiformato, prescriptor de contenido y de formato, con tendencia a escoger lecturas más escuetas, y que se encontrará saturado por el exceso de información y de contenidos y, en consecuencia, necesitará un prescriptor que le pueda filtrar la información (quizás al modo propuesto por 24symbols), será un lector fragmentario, porque dividirá su atención entre varios elementos (como apuntan desde Bookmate) y un lector social que demanda socialización, conversación entre otros lectores, como muestran los recientes estudios realizados por J. A. Cordón, según los cuales, la relación que el lector hace con el papel para recordar el texto, el lector digital lo hace con la compartición de comentarios.

Además, Adsuar también indicó que el lector del futuro próximo será reacio a pagar por el contenido, de manera que el prescriptor, deberá dar explicaciones sobre la calidad y la idoneidad de la elección sugerida. Otra posibilidad futura  según Adsuar es el modelo freemium para que el propio lector sea quien valore los contenidos a adquirir y siguiendo la línea de la adquisición de contenidos, Adsuar comentó el aumento en los modelos de acceso en decremento de la compra unitaria.

A modo de resumen sobre la actualidad, se habló de actuaciones de algunas editoriales, las cuales por un lado, están mirando hacia Amazon con tal de informarse sobre aquello que se está vendiendo en el mercado de la autoedición y por otro, el especial interés práctico por contar con un autor participante de las redes sociales.

Además se comentó la dificultad, por parte de algunos casos editoriales, de cambiar la mentalidad en lo que al marketing se refiere, que no es otro que un trabajo de hormiga, con pequeños pasos en un largo recorrido. Un ejemplo de lo que se puede realizar es aprovechar las posibilidades reales de armar una comunidad alrededor de un libro, un autor, una editorial o un proyecto cultural, al modo de la casa de la paraula, así como estar atento a lo que acontece en otros sectores en busca de inspiración para nuevas ideas, acoger metodologías, etc.

De nuevo, tuvo en especial relevancia la figura de la prescripción humana, un aspecto comentado tanto en algunas mesas redondas celebradas en el propio salón Liber como en esta, y la necesidad de trasladarla a los espacios digitales.

Al sacar a relucir la cuestión de la venta digital en puntos físicos, se comentaron iniciativas recientes como  Seebook de Digital Tangible, pero se constató la aún existente reticencia de aunar ambos mundos. Y en relación a ello, se preguntó sobre dónde se podría/ debería presentar un libro digital, siendo la respuesta de los ponentes bastante variada: en librerías, el libro se podría comprar a través de un código qr, o en función de la temática y de su público potencial, en cualquier otro establecimiento, o incluso a través de un HangOut. En cualquier caso, las posibilidades de puntos de presentación parecen ser tan extensas como las posibilidades de los propios libros.

La mesa redonda finalizó y el debate prosiguió según lo previsto: en una terraza barcelonesa con profesionales de diferentes ámbitos que enriquecieron más si cabe dicho debate.

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