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Eugenio-Navarro.
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3 septiembre, 2014 a las 11:51 #9078
Antonio Adsuar
SuperadministradorSaludos a todos,
Espero que el verano os haya ido genial y que hayáis tenido tiempo para descansar y, por supuesto, leer tranquila, comprensiva y profundamente. En librosensayo.com volvemos fuertes y proponiendo un debate sobre una institución clave para todos aquellos que amamos los libros: la librería.
Apoyado en las reflexiones de Jorge Carrión en esta bella guía de viaje os lanzo dos preguntas:
1.¿Por dónde créeis que pasará el futuro de la librería?, ¿tienen sentido estos espacios en la era de internet?, ¿la única vía de supervivencia es aquella que pasa por la «espectacularización» de estos lugares y la venta se servicios?
2.Me ha gustado mucho la dialética que pone en juego Carrión entre bibliotecas y librerías: ¿Son necesariamente espacios enemigos?, ¿deben colaborar más?, ¿cómo créeis que podríamos crear sinergias entre estos dos templos librescos?
¡Saludos y animaos a debatir que viene el nuevo curso!
14 septiembre, 2014 a las 14:33 #9124David
ParticipanteAntonio,
Mientras leía “El espectáculo debe continuar” (Capítulo 12) y “Epílogo: las librerías virtuales” (Capítulo 14) y todos los aspectos tratados en ambos, tenía muy presente “Ecos de Sumer” y “Libros de Ensayo”, cuyas bases fundacionales tanto deben a la reflexión sobre cuestiones de ese jaez. También pensaba en ti, creador del primero y cara más visible del segundo, y cómo estas páginas concretas determinarían la reseña y las preguntas para el foro de debate. No me he equivocado demasiado por lo que veo.
A la primera pregunta le has dedicado más de un artículo y, en alguno de ellos, he participado con mis comentarios. Así que lo que pueda decir aquí no hará más que insistir en argumentos ya expresados. La reinvención de las librerías como un lugar de venta de libros y algo más es una de las opciones preferidas en los últimos años. Ante la imposibilidad de competir con los grandes monstruos, se aboga también por la especialización y la búsqueda del nicho correspondiente. No me parecen malas soluciones siempre que se tenga en cuenta el contexto. En general, existe una cierta obnubilación con este tipo de propuestas, pero los ejemplos son tomados de aventuras exitosas en las grandes ciudades. En provincias no resulta tan sencillo -e incluso quizás no convenga- la puesta en marcha de un negocio con estas características. La advertencia de Jorge Carrión sobre el peligro de la librería como un icono deslumbrante pero vacío de significado, claramente decantado por el turista frente al lector, resulta muy pertinente.
¿Qué diferencia a las librerías físicas? Entre otras cosas, el trato personal, unos vínculos cuasi de amistad que trascienden la mera recomendación; aunque ésta debe darse cuando te la pidan como una opinión sincera, que a lo mejor arruina esa venta concreta, si tu juicio es negativo, pero establece unos lazos de confianza a largo plazo. Ser un Damià Gallardo -librero de referencia del propio Carrión- más que un eficacísimo -o no sólo- empleado de atención al cliente a través del correo electrónico. Lo cualitativo y lo cuantitativo como partes complementarias.
Existe también el cliente que tiene muy claras sus preferencias y no busca o no quiere ese contacto personal. Sólo demanda su libro, pero la limitación de espacio de las librerías físicas no permite la satisfacción inmediata de compra en muchas ocasiones. ¿Optará por el pedido online? Es muy probable dada la infinitud del fondo ofrecido por algunas plataformas de venta. El aspecto logístico cobra especial relevancia entonces. Si la librería física es capaz de servir el pedido en un intervalo de tiempo parecido mucha de la desventaja con la que parte se habrá esfumado. No sé si la intermediación eficaz pasa porque el atomizado mundo de la distribución se concentre en pocas manos. Sí, sería más fácil la realización de pedidos diarios que soslayasen inconvenientes como el de los importes mínimos para que te envíen el paquete sin gastos adicionales; pero la falta de competencia pudiera favorecer la creación de oligopolios, cuando no de un monopolio. ¿Qué les impediría en ese caso la estipulación de condiciones draconianas?
El futuro de la librería física pasa -y reitero- por el cultivo del trato personal con el cliente; que éste perciba cada visita como una experiencia enriquecedora. Quien se dedique a este negocio deberá tener la gestión rigurosa como un pilar innegociable; sin él poco vale el resto de cualidades. Y, ya que hablamos de reinvención, sobran los escrúpulos del exquisito, la soberbia del veterano y una mentalidad infantil que focaliza en chivos expiatorios las debilidades y errores concernientes a uno mismo; y es bienvenida el ansia de aprendizaje, vengan de donde vengan estos conocimientos. Para muestra el ejemplo de estas dos librerías: http://globalbook.eu/dos-librerias-espanolas-copian-el-modelo-amazon-para-ganar-ventas/
Como lector impenitente los libros me procuran, entre otras cosas, buenas dosis de comprensión sobre mi entorno y la certeza de que la mejor respuesta a una pregunta es otra pregunta y otra, y así mantener viva una inquietud inconformista. Cuando Jorge Carrión habla de las librerías como brújulas cuyo estudio desvela interpretaciones de nuestro mundo (p. 284), mi sintonía con él es plena. Desde mi punto de vista, he aquí un sentido último para la existencia de las librerías físicas en la era de Internet.
Durante todo el libro la contraposición entre la Biblioteca y la Librería actúa como un mar de fondo. No la he entendido como una relación conflictiva, de enemistad. Se trata de perfilar sus distintas naturalezas: “La levedad del presente continuo se contrapone al peso de la tradición. […] La Biblioteca está siempre un paso por atrás: mirando hacia el pasado. La Librería, en cambio, está atada al nervio del presente, sufre con él, pero también se excita con su adicción a los cambios. Si la Historia asegura la continuidad de la Biblioteca, el Futuro amenaza constantemente la existencia de la Librería. […] La Librería es crisis perpetua, supeditada al conflicto entre la novedad y el fondo” (pp. 53-54). Ambas comparten un objetivo común: la creación de un nexo estable y duradero con los libros. Sus aciertos y estrategias benefician de algún modo a una y a otra. Considero que se da una sinergia al menos implícita. Luego podríamos valorar si la política de compras de la Biblioteca debe de pasar por la Librería como proveedor. Un aspecto más mercantil, menos romántico, pero importante. Al ser parte interesada, es una cuestión que dejo en el alero de futuros intervinientes en el foro, pues mi respuesta es obvia.
Aunque en la segunda pregunta no se menciona, me gustaría hablar también de la biblioteca con minúscula, la que no depende de la dádiva del poder público o la generosidad del benefactor privado. Jorge Carrión refiere en los párrafos finales de “Librerías” el curioso caso de David Markson cuya última voluntad fue que a su muerte su biblioteca se pusiese en venta. Se despertó un interés fervoroso entre muchos de sus seguidores por comprar sus libros y hacer públicos sus subrayados, sus anotaciones. Hubo un afán de descubrimiento del escritor estadounidense a partir de posibles nuevas lecturas. Aquí es donde quiero llegar: la configuración de nuestras bibliotecas dice mucho de nosotros. La elección de títulos, su disposición en los anaqueles, las pocas o muchas notas marginales hechas con el lápiz y los subrayados y acotaciones de párrafos son señales silenciosas que marcan un itinerario personal de forma inconsciente. Si los libros acrecientan nuestra comprensión, si las librerías ayudan a desvelar el mundo, las bibliotecas con minúscula son una cartografía posible de sus dueños.
Un saludo para todos los amigos libroensayistas.
14 septiembre, 2014 a las 18:05 #9125Conchi
ParticipanteHola amigos,
Yo me quedo con la primera pregunta que haces Antonio y estoy muy de acuerdo en como la responde David. Personalmente todavía no tengo una librería a la que acudir en busca de “mis libros” para “mi biblioteca” se me fue mi librera particular y ya voy como a la deriva…
Las grandes cadenas, aunque son buenas para muchas cosas, no las veo como asesores literarios, al menos no tanto como las pequeñas librerías que tal vez no tengan todo el fondo pero para mi leer no es leer TODO LO QUE SE PUBLICA sino hacer mi propia criba de novedades o de autores que me transformen o me aporten como persona.
En relación al nuevo papel que está tomando la librería, pues me parece bien que ofrezcan más servicios relacionados con el mundo del libro, foros, clubs del Libro, presentaciones… ya que como decíais o escribía Carrión, estamos en una sociedad que cada vez exige más para quedarse contigo.
Sigo leyendo…
17 septiembre, 2014 a las 18:34 #9140Antonio Adsuar
SuperadministradorSaludos amigos LUCS y amantes de las librerías,
Gracias David por tu muy extenso comentario…me resulta estimulante que estemos leyendo el mismo texto esperando y adivinando de forma cruzada nuestra posible lectura del mismo por parte del otro, ajaj.
Voy al comentario: como dices parece evidente que la “librería espectacular” puede formar parte de un circuito turístico de grandes urbes como Barcelona, París,etc. El turisteo desvirtúa la naturaleza del espacio libresco y tenemos que ser conscientes del tráfico que atrae. No obstante, si considero que hasta en un librería pequeña de provincias, y al vivir en Alicante tengo varias experiencias en este sentido, debe cuidar mucho la belleza del espacio, la decoración,etc. Tengo en mente un librería muy coqueta de Valencia que se llama librería LEO (os animo a visitarla: http://bit.ly/1wDBgiT).
El factor humano, del que Carrión habla menos, considero que es totalmente fundamental y está al alcance de todos, frente a la opción del edificio singular que es más cara. De mi lectura de Alone Together (que parece que me ha pegado fuerte, ya es la segunda vez que lo cito hoy) me ha quedado claro que caminamos hacia un mundo donde la recomendación y la prescripción de cualquier producto será más algorítimica y digital.
Si competir en logística con Amazon es muy muy difícil, aunque me alegro de leer la noticia que enlazas y particularmente de que en ella se menciones en ejemplo de la librería murciana Diego Marín, de la que soy cliente hace años, rivalizar en el “factor humano” es mucho más sencillo. Ese toque personal del que habla Conchi, huérfana por desgracia de su librero de cabecera, se tiene que pontenciar.
Encuentros, charlas, calor personal: todo esto es fundamental recuperarlo. Como dice Innerarity el algoritmo se basa en nuestras elecciones previas pero en la librería podemos descubrir joyas inesperadas y recuperar la capacidad grata de sorprendernos. Uno puede entrar a una tienda virtual para “ver lo que encuentra” alguna vez pero realmente esta actitud de “Flâneur libresco” está claramente asociada a la librería física.
Para terminar, creo que la canalización de las compras bibliotecarias a través de las librerías es fundamental…yo sé poco de eso pero personas como Manuel Gil que entiende mucho más nos ha explicado muchas veces que es esencial (https://antinomiaslibro.wordpress.com/category/librerias/)
Finalmente como comentas la creación de una biblioteca, personal y con minúscula, jejej, dice mucho de una persona y también tiene vocación de permanencia. Digamos que tu biblioteca está hecha de los encuentros felices que tuviste en todas las librerías de tu vida. No sé si es porque estoy leyendo “La quimera del usuario” y en este texto se habla mucho del problema de los formatos y de la conservación de la información pero me pregunto (esto lo decía Jordi Llovet en “Adiós a la universidad”): ¿Si los jóvenes de ahora no tienen una biblioteca personal ni física ni virtual cómo podrán volver a los textos que los marcaron?, ¿Cómo influirá este “olvido líquido” en la creación de su subjetividad?.
25 septiembre, 2014 a las 12:00 #9206Eugenio-Navarro
Participante<div>Hola a todxs!</div>
<div></div>
<div>Creo que poco puedo aportar a la cuestión «técnica» que suscita el libro, puesto que no conozco la actualidad del sector y, creo, los puntos que abarca ya han sido mencionados; de hecho, pienso que las mismas preguntas con que Antonio inicia el debate, llevan implícitas las respuestas, como si estimulasen nuestra memoria colectiva.</div>
<div></div>
<div>A propósito de lo comentado por@david-lera, quisiera subrayar la importancia de Internet incluso para la librería más tradicional, puesto que a través de webs como iberlibro.com, podemos consultar sus catálogos, pedir ejemplares a distancia o desplazarnos allí donde sabemos que hay algún libro disponible que está descatalogado y ya no puede encontrarse dentro del circuito comercial; por ello, incluso una librería de viejo debe encontrar en Internet un muy eficaz escaparate.</div>
<div></div>
<div>Sobre lo que indica @conchi, también me parece muy positivo que las librerías deban abrirse a nuevas formas de contacto con el cliente, porque estas nuevas formas no tienen por qué terminar con el viejo contacto, y además añaden la posibilidad de sentirnos más cómodxs; naturalmente, no creo que deban seguir la tendencia de sometimiento al oleaje de estimulación consumista, sino que tienen que aspirar a ser sencillos lugares de encuentro entre personas con intereses comunes.</div>
<div></div>
<div>Pero lo que quisiera es destacar la obra de Carrión como testimonio inigualable en cuanto a su experiencia viajera y sentimental con las librerías, y por sus innumerables referencias, citas, datos históricos, anécdotas, autores y autoras que van instalándose en nosotrxs a medida que avanzamos en la lectura. Han quedado en mi retina, sobre todo, la Silvia Beach de Shakespeare & Co, cuya memoria dejó en un libro que, editado en España por Ariel, espero no dejar de leer (http://www.divertinajes.com/nueva/modules/notices/notice.php?idnotice=551). También ha sido un gran descubrimiento ese Tánger de Bowles (http://elpais.com/diario/2010/10/30/cultura/1288389603_850215.html), a quien hasta ahora no presté demasiada atención, pero cuyo Cielo protector siempre ha regresado a mí como una novela ineludible. Por último, me ha encantado la génesis del Grupo de Barranquilla (http://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_de_Barranquilla) que Carrión narra hacia el final del libro; muy digno del universo literario de García Márquez.</div>
<div></div>
<div>Sólo añadir que este libro me ha encantado, y que no voy a perderlo de vista cuando mis estanterías se conviertan en selvas amazónicas.</div>
<div></div>
<div>Un saludo a todxs :)</div>25 septiembre, 2014 a las 12:01 #9207Eugenio-Navarro
Participante… y añadir esta entrevista con Jorge Carrión
http://librosensayo.com/forums/topic/abrimos-en-curso-con-librerias-de-jorge-carrion/
😉
25 septiembre, 2014 a las 12:02 #9209Eugenio-Navarro
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