Conéctate o muere: Rifkin y el nuevo capitalismo

Inauguramos con esta entrada una categoría nueva, en la que pretendo reincidir con cierta asiduidad. Se trata de la recensión de ensayos cuyas ideas sea relevantes para el …

Jeremy RifkinInauguramos con esta entrada una categoría nueva, en la que pretendo reincidir con cierta asiduidad. Se trata de la recensión de ensayos cuyas ideas sea relevantes para el futuro del mundo de la edición. Hoy ofreceremos nuestra interpretación del muy interesante escrito de Jeremy Rifkin “The age of acces”. Yo lo he leído en una edición de Penguin UK, comprada de segunda mano en Amazon a un módico precio. En español lo ha publicado Paidós. Pasemos al contenido de este estimulante texto.

Lo primero que me ha llamado la atención en este escrito es un vaticinio: la importancia de las industrias culturales en el capitalismo del siglo XXI será creciente. No creía que Rifkin fuera a tratar el sector de los contenidos culturales de forma tan central…¿o tal vez ha sido el sesgo de mi lectura?. Una vez más, comprobamos que el lector encuentra lo que busca, lo que nos lleva a recordar que cada texto es único para cada persona.

Pues bien, lo primero que hace el norteamericano es comentar brevemente las características del modelo vigente desde hace unos 300 años. El capitalismo, nacido gracias a las leyes de cercamiento británicas (enclosure acts) del siglo XVIII, se ha basado en dos ideas fundamentales, que tienen una entidad más metafísica y teórica(y por lo tanto relativa y mutable)de lo que solemos creer. Se trata de la propiedad privada y del mercado, lugar donde las mercancías se intercambian.

Tanto la economía como la sociedad se basan en el hecho de poseer, esto es, de excluir a otros del disfrute de nuestros bienes privativos. La ética del trabajo dibuja el prototipo de “Self-made man”, empresario agresivo que, mediante su talento y carácter consigue enriquecerse y así “cosificar” ese poder en diversos objetos que sirven de tótem, de fetiche que materializa con significado su grandeza…ya sabemos a lo que nos referimos: el audi, la mansión, los cuadros de grandes pintores,etc.

No obstante, avanzado el tiempo, nos encontramos en este siglo XXI con el advenimiento de un nuevo modelo, que lleva ya afianzándose soterradamente en nuestras prácticas sociales un cierto tiempo. En un mundo de abundancia material, el capitalismo da un salto y pasa a vender imágenes, conceptos, ideas, experiencias vitales. Todo esto ya ha sido descrito de forma evocadora en “No logo”, de N. Klein (también en Paidós). Nike sería la corporación que encarna de forma perfecta este nuevo enfoque; verdaderamente esta marca deportiva no fabrica nada. Huyendo de toda posesión física, subcontrata producción y distrbución y de dedica, como nos dice Rifkin, a vender experiencias, estilos de vida.

Traigamos para ilustrar esto una frase lapidaria del escrito:“the physical economy is shrinking”(p. 30)…y es que en un mundo de obsolescencia programa los productos desaparecen y cambian rápidamente. Todo caduca a velocidad de vértigo…y las empresas quieren ser lo más flexibles posible. De nuevo una sentencia corta y acertada nos da la clave: “ownership simply is too slow”(p. 6).

¿Qué caracterizará, dado este nuevo cosmos competitivo, a las iniciativas exitosas del mañana?. Debemos entender varias cosas. Ya no estamos en un mercado de vendedores-compradores sino en un intercambio caracterizado por el par usuario-proveedor de servicios. Todo aquello que vendemos pasa a ser considerado un servicio, no un bien (la categorización por parte de la legislación de la UE del e-book como un servicio ya nos indica por donde caminaremos en un futuro). Las empresas que tengan futuro deberán comprender que lo importante es el consumidor-usuario. ¿Pero, no ha sido esto siempre así?. No realmente…en el modelo anterior yo tenía un producto y trataba de colocarlo a 1000 consumidores. Hoy lo que dará valor a mi empresa es “poseer” relaciones estables y duraderas con 1000 clientes para venderles todo tipo de servicios.

Recordando de nuevo a C. Anderson, si el precio de los contenidos en la era digital tiende inevitablemente a 0, el negocio estará en la experiencia entorno al servicio que estoy dando al cliente. Evidentemente, esta nueva fase del capitalismo no puede ser entendida sin la explosión de las nuevas Tecnologías de la información y comunicación(TIC). Ya observamos actualmente como cada vez pasamos más tiempo en el espacio virtual…nuestras relaciones sociales, nuestra forma de concebir el mundo, están completamente determinadas por las plataformas que usamos para relacionarnos con éste. La realidad se vuelve pantalla, como bien han afirmado Lipovetsky y Serroy. En este nuevo ecosistema la geografía, nuestro lugar físico de existencia, deja de determinar nuestra identidad y nuestras relaciones sociales.

La producción real del nuevo capitalismo se base en la mercantilización de nuestras relaciones humanas, de nuestras realidades vitales. El capitalismo, que inexorablemente trata de extender la visión económica a todas las esferas de la vida, acaba por vendernos el acceso a la vida de nuestros propios amigos…¿O que es si no facebook, esta red social donde todos somos los productos que los otros consumen?. Gráficamente aservera Rifkin que “In the new era, people purchase their very existence in small commercial segments” (p. 8).

En este contexto la producción de contenido pasa a ser crucial: “Cultura production is going to be the main playing field for high-end global commerce in the twenty-first century” (p. 167). Nuestras empresas editoriales punteras, si comprenden la centralidad de este nuevo paradigma y se alían con socios tecnológicos potentes, puede ser claves para la transición a este modelo en el mercado en español.

El concepto central, por tanto, es el de RED. Los dueños del mundo del futuro serán aquellos actores capaces de “excercise control over the conditions and terms by which users acces to critical ideas, knowledge and expertise” (p. 5). Diganselo a Google. La construcción de mallas potentes es el objetivo principal. Esta novedosa forma de entender lo valioso será también fundamental a nivel individual…una persona valdrá más o menos según su posición en un organigrama interconectado y, por descontado, “the larger the network, the greater the links, the more valuable the network becomes to those who are part of it”.

Por su propia naturaleza todo “business” será “show business”. Estamos ante una transformación radical, que tendrá consecuencias sociales y políticas mucha más allá de las económicas. Pensemos que estamos hablando de que las empresas nos venden nuestras vidas, a nuestros amigos, quizás nuestras a parejas, las ideas que doten sentido a nuestras vidas. Y lo harán mediante poderosas redes PRIVADAS, de las cuales podrán excluirnos a voluntad.

Para finalizar, no podemos sino unirnos a la reivindicación crítica que Rifkin realizan. Lejos de limitarse a describir magistralmente el modelo, el autor afirma que toda esta reducción de lo social, esta mercantilización de lo humano, puede llegar incluso a destruir la comunidad. La cultura y los lazos sociales libres deben seguir existiendo para garantizar la convivencia. No podemos dejar en manos de empresas la determinación del bien común y de los ideales que nos gobiernen y nos den esperanza como sociedad. Por no hablar de las 3/5 de la humanidad, que vive aún el la más pura realidad física, las más de las veces en la miseria. Nos arriesgamos a crear dos mundo escindidos: uno de ricos que habiten mundo digitales monetarizados y otro de pobres que luchen día a día por la mera supervivencia.

Esperemos que con el tiempo el espacio cibernético sea reordenado con base a ideas políticas y sociales y esta cultura-mundo caótica sea dotada de sentido, tal y como proponen de nuevo Lipovestky y Serroy en “La cultura-mundo”. Mientras no dejen de leer a Rifkin.

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2 comments

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    […] dice mi admirado Rifkin, este forma comprender la existencia se ha extendido a todas las áreas de lo humano: “every […]

  2.    Responder

    […] a) Regla número 1: libera la información, abre la puerta, permite el acceso a tus contenidos. Lo importante ahora no es generar economías de carencia que hagan que el valor de la información suba. Veámoslo: “In a world of parsimonious acces to paper, filters increase the value of what’s available by excluding the slush. But in the third order, where there’s an abundance of acces to an abundance of resources, filtering on the way decreases the value of that abundance by ruling out items that might be of great value to a few people. Filtering on the way out, on the other hand, increases the value of the abundance by locating what’s of value to a particular person in a particular moment”( p. 103). He aquí la clave…en épocas de abundancia lo importante es colocar tu contenido donde este tenga valor. Estamos en la era del acceso, como bien ha explicado Rifkin. […]