EL SECUESTRO DE DON FERNANDO: REMOZANDO LA BIBLIOTECA

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*Ecos de Sumer, cuaderno de edición escrito por Antonio Adsuar

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Uno de los retos de este blog de Ecos de Sumer es tratar temas relacionados con el sector editorial y con todos los componentes de la cadena/red de valor de libro. Evidentemente hay asuntos en los que uno se siente más cómodo: en mi caso prefiero acercarme con frecuencia a aquellos aspectos que tienen que ver con la parte más industrial, ligada a la distribución y a la comercialización. Sin embargo también asumo de vez en cuando el reto de enfrentarme a un tema nuevo.

Las bibliotecas han sido importantes en mi vida como lector. De hecho, librosensayo.com se inauguró en la biblioteca de la pedanía ilicitana de “El Altet”(en mayo 2013, ¡dentro de poco cumplimos un año!). Además mientras que las librerías, por muy queridas que sean por todos nosotros, son empresas privadas que se dedican a la venta, las bibliotecas son instituciones públicas que todos debemos apreciar y defender. Subamos al tren sin miedo por lo tanto e intentemos sentarnos con los compañeros correctos para tener un buen y agradable viaje hacia el futuro de la biblioteca renovada.

Mi biblioteca de referencia desde hace años (¡más de 15!)es la de la Universidad de Alicante: una magnífica infraestructura encuadrada en un campus genial. El último libro que saqué es “La tarea del héroe” de Fernando Savater. Lo he semi-abandonado en la página 100 o así por dos motivos: tengo demasiadas cosas que leer y al estar desentrenado no soy capaz de entender la filosofía como antes.

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Pues bien, hace como mes y medio que lo tengo en casa y nunca encuentro tiempo para devolverlo, lo confieso. Realmente al renovar el préstamo vía on-line estoy privando (quizás) a alguien de la lectura de este texto. Si lo pudiera devolver en un click lo haría inmediatamente. Cuando quiero un libro tengo que hacer 70 kilómetros para realizar una operación que dura a penas 2 minutos. ¿No sería genial que mi biblioteca pudiera prestarme títulos directamente a mi e-reader?.

Bueno, está claro que en un contexto totalmente marcado por la digitalización del mundo la biblioteca tiene que mutar para seguir teniendo sentido. Preguntemos a los que saben a ver que nos dicen del tema.

a)Las ideas del pensador Innerarity: la bilioteca remozada

Al haber leído “Un mundo de todos y de nadie: piratas, redes y riesgos en un mundo global” en nuestro club de lectura (tenemos una página especial con debate sobre este libro que estamos analizando ahora) me he aficionado a pensar con el filósofo Daniel Innerarity. Gracias a mi padre, que sigue leyendo los supuestamente obsoletos suplementos culturales, llegué a un artículo de este autor sobre el provenir de la biblioteca.

El profesor vasco afirma que los retos tradicionales de la biblioteca eran dos: custodiar/proteger/conservar los libros y ordenar la información para filtrar aquella que era más valiosa. En un mundo dominado por la “infoxicación”, por el exceso de información cuya fuente y valor desconocemos en muchas ocasiones, esta tarea de “separar el grano de la paja” se vuelve vital.

Como dice Innerarity “la proliferación textual puede convertirse en un obstáculo para el conocimiento”. En este punto me asalta una cita de un libro que ya traté en este blog “Everything is miscellaneous”. Decía su autor: “In the world after the enlightenment, the cultural task was to build knowledge. In the miscellaneous world, the task is to build meaning”. Los bibliotecarios pueden redefinir su rol potenciando su papel prescriptor para orientarnos en la “selva de la abundancia”. “Lo virtual es también lo inencontrable, las aterradoras posibilidades infinitas”, nos dice también Innerarity.

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Hoy en día cualquiera puede encontrar, lo importante es saber buscar, hacerse las preguntas adecuadas. Esto también lo aprendimos con el profesor Anaclet Pons (podéis escuchar su entrevista de audio aquí), que reivindicaba el papel del historiador del futuro no tanto como profesional que tiene acceso a información que otros no poseen sino como persona capacitada para preguntar correctamente a los documentos.

El otro gran problema que trataba de solucionar la biblioteca era el relativo a la pérdida de la información. En un mundo líquido donde la los libros y textos son bitios ¿cómo pueden garantizar las instituciones públicas que aquello que es valioso para nuestra cultura se va a conservar?. Es fundamental entender que este reto necesita de amplias competencias tecnológicas para ser superado y ya no pasa por tener estanterías con bloques de papel bien ordenados. La tarea se vuelve mucho más compleja y tecnológicamente mediada. De un universo escaso en espacio pasamos a uno radicalmente marcado por la falta de tiempo.

La biblioteca como “lugar” también se debe reinventar en este nuevo cosmos revalorizándose como punto de encuentro. En una sociedad que cada vez se relaciona más de forma virtual recuperar el calor de los presenciales (clubs de lectura, charlas del autor, cuenta cuentos,etc) añadirá valor y servirá para reforzar el papel de servicio público de la biblioteca (de nuevo lo físico re-encantado se niega a desparecer).

B)El patio de mi casa es particular: apresando libros públicos

Pues bien, vale, y ¿cómo hacemos todos esto, o cómo comenzamos en la práctica a digitalizar las bibliotecas?. Vamos a intentar dibujar un mapa de la situación concreta más allá de la teoría. Una noticia de “El País” del año pasado nos decía que en 2014 el Ministerio de Cultura quiere que hayan disponibles en bibliotecas 1500 títulos con un total de 200.000 licencias o ejemplares. Ya podemos observar en esta afirmación que la idea de “ejemplar” ya no está clara. Como dijo hace tiempo Jeremy Rifkin caminamos hacia entornos marcados por el ACCESO. Cuando leo un libro electrónico generalmente la idea de adquisición de un ejemplar deja de tener sentido. Lo que hago es acceder a un contenido alojado en un servidor que es propiedad de una empresa o institución.

ebook lendingPor lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es ¿de qué infraestructuras tecnológicas se dotará la biblioteca para ofrecer este servicio de préstamo de ebooks a los cuidadanos?, ¿por qué plataformas pasaremos para leer nuestros libros?, ¿nos prestarán también e-readers, de qué marca, vinculados a qué plataformas?. Recogiendo otra idea de Innerarity estamos de acuerdo en que “el actual imperialismo cultural no es una cuestión de contenido sino de protocolos”. La limpia ventana de Google parece dejarnos total libertad para teclear aquello que deseemos y buscar lo que nos plazca. No obstante su forma de imposición es más invisible y no la comprendemos porque es nueva.

Asistimos no a un desintermediación, como a primera vista apreciamos cuando vemos la caja vacía del Dios Google que nos permite teclear aquello que deseemos o cuando Facebook nos ofrece “gratis” conectar con todas nuestras amistades, sino a una re-intermediación que reconfigura las identidades y los roles de los agentes que nos ayudan a llegar al conocimiento y a los demás. “Who owns the cloud that connects the crowd”, se preguntaba Jaron Lanier.

En un artículo recogido en “Lectura Lab” J. Chambers afirmaba que “las bibliotecas no deberían aceptar acuerdos vinculantes entre la adquisición de los libros electrónicos y la plataforma de alojamiento de contenidos”. Algunos agentes quieren encerrar a nuestros instituciones públicas en un “jardín cerrado” de su propiedad. En Estados Unidos, que por supuesto está mucho más avanzado que España en todo aquello que tiene relación con los libros digitales, las bibliotecas han emprendido una dura batalla con OverDrive, una corporación que les pretendía imponer estos “sistemas de cautividad”.

Las bibliotecas públicas deberían apoyar la construcción de entornos “open source” y apostar por adquisiciones directas de contenido a empresas que se comprometan a operar a través de ecosistemas abiertos que no exijan exclusividad.

Para acabar de comprender estas dinámicas que he tratado de describir comparemos dos plataformas: Libranda, a la que nos acercaremos de la mano de Bernat Ruiz (que dedico a Libranda esta serie de artículos en su blog) y Odilo TK.

C)Free your books: más libros libres, LIBRANDA VS ODILO

Libranda es una empresa de servicios de distribución de contenidos editoriales propiedad de los grandes grupos: Planeta, Penguin Random House, Santillana. Se encarga de comercializar los contenidos de estos gigantes que, obviamente, son de los más demandados. Pues bien, si no he entendido mal, si un librero o una biblioteca quiere adquirir estos fondos tiene que pasar forzosamente por Libranda (desconozco si esto ha cambiado a día de hoy, los artículos que he consultado son algo antiguos). De nuevo se apuesta por vincular contenido y plataforma imponiendo la exclusividad.

Los grandes agentes invitan a los demás editores a sumarse a Libranda pero claro, lo hacen desde una posición de fuerza que aspira a imponer su plataforma y sus protocolos como el “único estándar posible” para adquirir contenidos de calidad y/o demandados en español.

Frente a esta manera de proceder tenemos el modelo de Odilo. Conocí a esta empresa de la mano de Santi Montañez que, hace cosa de un año, intervino en una mesa redonda en la feria del libro de Valencia a la que asistí. Cuando criticó el modelo “Overdrive” no pude dejar de pensar en Amazon y Apple, y su voluntad de generar ecosistemas cerrados mediante sus eficaces canales/plataformas sumados a sus atractivos aparatos (Kindle, Ipod,etc). La analogía es evidente.

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Aunque no conozco otras empresas que ofrezcan estos servicios a bibliotecas creo que la propuesta de Odilo es interesante por su carácter abierto. He estudiado este documento (Presentación Odilo) que me ha pasado Manuel Gil, un profesional muy respetado y conocido en todo el mundo editorial en español y que ahora trabaja para Odilo, tras pedirle información,. En él se nos explica el modelo de negocio de esta compañía y podemos leer que: “Odilo es la única plataforma del mercado que separa tecnología de contenidos” y también afirman que el editor establece libremente sus condiciones de comercialización: licencias, caducidad”. Ni los editores ni los bibliotecarios (que representan los intereses de los usuarios) se ven enclaustrados en un “coto privado”. En este modelo no se exige exclusividad y es, a mi modo de ver, una buena apuesta para construir un sistema de préstamo realmente público.

Concluiré este ya demasiado extenso posts con una conclusión que no es mía sino del mencionado Bernat Ruiz, pero que me parece muy relevante para entender porqué el préstamo de libros electrónicos puede ser fundamental para el conjunto del sector editorial entendido como industria. Se calcula que el 70% o 80% de los ebooks leídos en España se adquieren mediante descarga ilegal. El préstamos de ebooks-ereaders en bibliotecas puede ser clave para digitalizar a los lectores españoles y conducirlos hacia hábitos de consumo que pasen por el pago de los contenidos.

Las bibliotecas han sido fundamentales históricamente para el sector editorial español (la colaboración bibliotecas-editores es tratada más extensamente en el citado documento de Odilo). Estoy de acuerdo con Bernat cuando nos avisa de que: “Quien siga creyendo que su producto es el papel manchado y encuadernado, tiene ya un problema irresoluble”…“El problema es que el peso industrial de los gigantes no es digital. Eso pone en peligro toda la edición española, al pairo de la iniciativa de los grandes” y, finalmente, “o encontramos la manera de desenchufar las imprentas de manera controlada, o la digitalización nos estallará en las manos”.

A mi modo de ver el interés general y el de una industria editorial española que luchará por sobrevivir en un mundo-red cada vez más digitalizado pueden encontrar aquí fuertes puntos de coincidencia. Incluso en un país tan supuestamente liberal como EEUU los desarrollos tecnológicos realizados por el estado son claves para el avance de sus más potentes empresas privadas.

¿Aceptamos el reto y nos ponemos manos a la obra para que el acceso al conocimiento de nuestros ciudadanos no esté mediado por gigantes extranjeros, sea abierto y además sirva para colaborar al mantenimiento de grandes corporaciones que nos dan un papel cultural importante en el mundo?. ¡Manos a la obra!.

 

Antonio Adsuar

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Soy fundador e impulsor principal de librosensayo.com. Licenciado en historia por la Universidad de Alicante y doctor en filosofía por la Universidad de Murcia, tras hacer un máster en gestión cultural en la UOC descubrí la tremenda transformación que estaba viviendo la industria editorial, el mundo del libro y la cultura escrita en general con la llegada de internet.

Tras 8 meses de concepción y puesta en marcha del proyecto creamos con un grupo de amigos librosensayo.com en mayo de 2013. La idea básica era sencilla: construir un sitio abierto y colaborativo para reflexionar sobre el futuro de las industrias culturales centrándonos en repensar la industria editorial, el periodismo, la educación y el futuro de la sociedad conectada, ayudados por la aproximación a textos de sociología sobre la cultura y el consumo en la sociedad contemporánea.

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