Inicio Forums Principal AUTOR Y LIBRO DEL MES LIBRO DEL MES ¿CANSADOS PERO ACTIVOS A SU VEZ?: COMENTAMOS «LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO»

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  • #9637
    Antonio Adsuar
    Superadministrador

    Saludos amigos LUCS,

    Abro este debate un poco antes del día 1 porque al ser el texto que vamos a comentar en breve algunos amigos ya lo han leído y tienen ganas de ponerse ya a debatir este libro corto pero denso e incitante. Hago especial mención a @eugenio-navarro @conchi @pedro @fird @maria-ripoll-cera  @fentciutat @usuario-pruebas  @david-lera @belenfernandez @santino3712 y @silvia-g-olaya que fueron los LUCS que compartieron el foro en el que elegimos entre todos este texto de «La sociedad del cansancio» como libro del mes

    La-sociedad-del-cansancio_-pequeno

    Por cierto, nuestro debate tuvo ni más ni menos que ¡¡253 lecturas!! así que muchos lectores de ensayo a buen seguro tomaron nota de nuestras sugerencias y ya difrutan otoñalmente de los escritos propuestos. Paso ya a las dos preguntas para introducir el esperado debate de «La sociedad del cansacio»

    1.B.C. Han propone en el libro un «cansancio curativo, un desarme amable del yo». En nuestra sociedad hiper-acelerada, que nos atiborra en cada momento con 1000 estímulos y proposiciones de venta ¿Cómo creéis que podemos concretar esta ética de la renuncia de forma práctica?

    2.Según Han estar cansado nos permite detenernos y volver a ver el mundo con nuevos ojos. Afirma literalmente que “la actual aceleración está ligada a la falta de Ser”. ¿Cómo podrían los seres humanos evitar el vació de lo efímero tras la muerte de Dios y el declive de la moral y de casi toda creencia y valor trascendente refundando así en cierta forma las comunidades humanas con sentido?

    Bueno, espero que se entiendan las preguntas más o menos, jeje. ¡Ánimo a todos y al debate!

     

     

    #9684
    María
    Participante

    El libro en general me ha dejado la sensación de que dice en lenguaje filosófico lo que el resto de los mortales denominaríamos cambio de ciclo ; ). No deja de sorprenderme hace tiempo en la vida real cómo se está volviendo a la cocina en casa, hacerse la ropa, plantar huertos urbanos, relaciones personales cercanas, redescubrimiento del turismo autóctono… Cosas que en los años anteriores nos parecían una pérdida de tiempo. Tras la acción trepidante del boom tecnológico, la reacción lógica de vuelta al contacto con lo terrenal. ¡Yo creo que ya hay una buena parte de la sociedad que está mirando la realidad de otro modo! Y que ha conseguido «subir» incluso a la política con replanteamientos como el de Podemos o Guanyem.

    He disfrutado enormemente de algunas de los hallazgos de Han:

    . El fin del paradigma inmunológico, qué bella metáfora.

    . Que el multitasking es una regresión, ja ja ja.

    . El ser humano como una máquina de rendimiento autista, sublime.

    . Su defensa de la rabia como poder para cambiar de estado: ¡así nacen las revoluciones!

    Y puesto los pelos de punta con la percepción de hasta qué punto hemos interiorizado la sociedad del rendimiento. Gracias a dios cada vez se oyen más voces que se mofan de nuestra capacidad de trabajar incluso gratis en pos de nuestra realización personal.

    Respecto al reto de Nietzsche, vivir sin dios… ¡qué difícil es asumir esta verdad hasta sus últimas consecuencias! Sólo apto para algunos valientes, los demás nos conformamos con armonías universales y espiritualidades del siglo XXI.

    #9747
    Antonio Adsuar
    Superadministrador

    Hola @maria-ripoll-cera !

    Gracias por «abrir fuego» comentando este texto tan incisivo que ha levantado tantas expectativas entre nuestros LUCS y lectores. Como bien dices todas las corrientes «slow» y de vuelta al contacto personal entroncan muy bien con esta propuesta de la renuncia o el cansancio que pone Han sobre la mesa.

    Quizás el problema sea: ¿Cómo podemos conciliar esta filosofía de vida si vivimos y trabajamos en la sociedad de rendimiento-consumo?. Como bien apuntas el problema es que nos auto-explotamos sin darnos cuenta. Hemos interiorizado totalmente la ética del rendimiento…ahora incluso se habla de las personas como marcas, llevando al extremo la «cosificación» y la «mercantilización» de uno mismo.

    Me ha llamado la atención también la idea del multitasking como regresión, que nos devuelve a la situación «selvática» de los animales hiper-nerviosos y atentos a cualquier ruido de rama rota por si viene el depredador. El adolescente asediados por los ruiditos del smartphone…¿Vive esta subjetividad alterada y es incapaz de concentrarse?. Aquí entroncaríamos con el debate sobre «Superficiales» y con el que estamos teniendo en el foro de «Elogio del libro de papel».

    Quiero terminar recomendando también «Psicopolítica», que también es breve y leí tras disfrutar de «La sociedad del cansancio». «Psicopolítica» digamos que analiza más concretamente esta actitud de auto-exigencia del rendimiento en la vertiente más política del «auto-espionaje» que llevamos a cabo todos nosotros al usar internet y desvelar todo lo que hacemos y pensamos.

    ¡Seguimos debatiendo!

     

    #9771
    Ignacio
    Participante

    Aunque no he leído el libro, escribía en la reseña del libro, que me llega mucho este amable desarme del yo que parece que propone Han, para ir más allá del yo, hasta el YO más auténtico y el Nosotros. En mi experiencia si que estamos en una cultura del rendimiento que nos lleva a un no parar, a la imagen, al emprendimiento continuo… Y llega un momento de agotamiento existencial, de dolor, de hartazgo… que nos puede conducir a otra cosa… a algo más genuino, hacia este Ser perdido… tanto en lo personal como en lo colectivo.

    Soltar esta locura del rendimiento por el rendimiento, este hacer por hacer y dar el paso del hacer al Ser… Parar para encontrarse… y una vez dentro de uno mismo… abriéndose a la empatía y el sentido vital… la acción esencial surge de dentro… O este es al menos mi anhelo, mi búsqueda, mi no-búsqueda,… Tal vez deba leer el libro… Se acumulan los deseos… ¡No doy a basto jajajaja! Bueno, una página al día jajajaja. Saludos!

    #9805
    Conchi
    Participante

    Ignacio, qué razón  tienes. estaba pensando lo mismo. Hay que parar de  HACER y pensar más en SER. Pero claro con la «supuesta» -por que yo no vivo así- muerte de Dios ¿que SER construimos? igual hay que volver a los cimientos de la Humanidad para que este desarme del yo tenga algún sentido. No creo que la solución sea desarmar al yo de forma «terapéutica» sino un desarme real. Volver a la filosofia aristotélica, pisar tierra, tocar la realidad y volvernos a construir como seres- criaturas. Y luego no quedarse contemplando lo construido sino volver a construir una sociedad más a la medida de este nuevo hombre. Es decir, dar un paso más allá de la postmodernidad, porque esta nos lleva al cansancio vital. ¿no os parece? ¿qué pensáis?

    Un saludo a todos!!!

    #9806
    Ignacio
    Participante

    Hola Conchi! Muy interesante todo lo que comentas y preguntas, muy acorde además con la pregunta 2 de Antonio. Es la gran pregunta, tras el tapón existencial postmoderno. ¿Cómo ir más allá? ¿Y… hacia dónde? ¿Qué es esto del SER?

    Coincido contigo Conchi en este volver a pisar tierra, a experimentar la vida. Es decir, dejar de «ver la realidad» solo como algo ajeno a uno mismo (en tercera persona) y empezar a experimentar y «Ser la realidad» (primera persona),  y también «dialogar [con amor] con la realidad» (segunda persona). Y desde esta nueva experiencia más íntima y cercana con uno mismo y con los demás, surgen cosas como el compromiso autentico con la sociedad, la compasión con los que sufren, el compartir, el gozo de vivir, la lentitud de simplemente ser,… Intuyo que posiblemente Han vaya por aquí, pero a ver si leo el libro… ¿Qué os parece esto que vamos dialogando? Saludos!!!

    #9807
    Conchi
    Participante

    hola Ignacio @nachusgalaicus ! hola Maria! ¿qué tal Antonio?

    Pues por ahí iba yo, Ignacio ¿hacia donde? esto me recuerda una vez que en un colegio llamó el conserje a la directora -al ver que había un peligro de incendio- le expetó «¡corran!» y la directora antes de dar la orden a todo el mundo le contestó al conserje muy serena: «¿hacia donde?» Esto me recordaba a lo que Han y lo que Maria ha subrayado del libro, el multitasking y el rendimiento. Rendir cuentas ¿a quien? , ¿»hacer» por valor de qué? Creo que es necesaria la reflexión en nuestra sociedad y tener ámbitos de escucha, creo que fue hablando con Antonio quien dijo que una de las conclusiones era que nuestra sociedad se ha hecho «incapaz» de escuchar: reflexionar lo que dice el otro, no hablar al mismo tiempo o ya preparar la respuesta -que en realidad es «colocar» lo que yo quiero…y cosas así parecidas que nos pasan. 

    al menos eso es lo que me parece, paso el testigo…

     

    #9815
    Antonio Adsuar
    Superadministrador

    Saludos @Conchi y @ignaciogallego

    Me han gustado mucho vuestra intervenciones que leo tras regresar de un viaje «productivista» a #Bruselas donde traté, como buen turista post-moderno, de hacerlo todo sin ver nada ni ser nada, ajjaj. Paso al comentario

    Como dice Conchi en su primer comentario hemos de volver a Protágoras: «El hombre es la medida de todas las cosas». No obstante esta relación directa con la realidad se vuelve más complicada cada día en una sociedad cada vez más dominada por las mediaciones tecnológicas. Siempre me ha hecho gracia un comentario, creo que era de Antena3, que decía, hablando del telediario «Lo estás viendo, está pasando». De eso nada…la tecnología cada vez se interpone más entre los hombres y entre la realidad y las personas. ¿Cómo le damos otra vez un sentido humano a toda esta locura del #Bigdata?.

    Como también dice Conchi, en nuestra época parece no haber nadie capaz de escuchar. Todos tenemos nuestra web, nuestro blog, tratamos de que lean nuestros tuits,etc. Y ahí estamos, enfrente de la otra persona con la que supuestamente tomamos café respondiendo wasaps sin mirarla a la cara…Como bien decía la directora de la historia de Conchi, ante tanto vacío de rendimiento, corremos pero no sabemos hacia adonde.

    Me ha gustado mucho también la frase de Nacho en la que afirma que hay que intentar Ser la realidad” (primera persona),  y también “dialogar [con amor] con la realidad” (segunda persona)».  

    Se ha perdido «la lentitud del simplemente ser», no somos capaces de pensar desde el punto de vista de los otros…ya no podemos ser otros, simplemente consumimos al otro, lo convertimos en objeto, tratamos de atraer su atención con flashmobs o performances espectaculares.

     

    ¿Alguna vía de solución?: creo que la apunta Han y nuestra labor es concretarla. Este sitio web pretende ser una modesta isla donde aún podemos leer a los demás y no despachar todo en 140 caracteres. El libro de Ignacio es también otra isla que nos invita a reflexionar. ¿Seremos capaces de rebajar nuestro nivel de hiper-actividad compulsiva y de consumo desaforado?. Este es el reto. Aquí me permito mencionar el libro de Rifkin, en cuyo resumen trabajo estos días. «La sociedad de coste marginal cero» avanza, atisba una sociedad  más basada en el hecho de compartir, una humanidad que no haga del mercado y del dinero las únicas instituciones que den sentido a lo social. Y la tecnología puede ser un gran aliado. Es, de hecho, un aliado necesario. ¿Cómo la civilizamos para ponerla de nuevo al servicio del hombre más allá del algoritmo y de los imperios espía/publicitarios (J.Lanier)tipo Facebook o twitter que nos permiten compartir todo con todos pero nos enjaulan a su vez para mercadear con nuestras vidas?

    ¡Seguimos!

    #9817
    Ignacio
    Participante

    Hola Antonio, Conchi y demás! Que gusto el dialogar aquí como en familia. Como tomar un café con amigos.

    Muchas preguntas y reflexiones surgen por aquí. En Estos días estoy leyendo ‘El libro sobre la Participación Genuina’ de Eugenio Moliní, y me venía leyéndote Antonio, algo que comenta Molini, que hay cosas que tienen una solución concreta, y otras cosas que mejor es plantearlas como dilemas. Y todo esto que hablamos son dilemas que más que tener solución son cosas que podemos aprender a convivir con ellas, manejarlas, y aprender de los retos de cada momento.

    Por esto, estos debates, aunque no lleguen a una solución, nos ayudan a ir madurando tanto en lo personal como en los pequeños colectivos en los que participamos. Cada uno daremos nuestras propias respuestas, ya sea Parar, desconectar, crear una web de libro ensayo, escribir, o lo que sea por crear coherencia, compartir, dar calor de humanidad, etc etc.

    Saludos!!

    #9825
    Antonio Adsuar
    Superadministrador

    Hola Ignacio y demás LUCS tertulianos,

    Me alegra de que te sientas como en casa…es algo que también comentaba @fird =Paco Revuelta y que nos gusta mucho leer tanto a @conchi como a mi (los demás miembros del equipo son de perfil más técnico-tímido, pero seguro que también se alegran)es justo lo que queremos aquí, un ambiente relajado, como en zapatillas…y claro, esperamos conoceros en persona como ya hice en Madriz con @eugenio-navarro  (después de leernos durante un año o más, jaja) y como nos gustaría con otros LUCS destacados como @david-lera Está muy bien leernos por aquí pero una buena cerveza no-digital es insustituible. Bueno, ya planificaremos alguna reunión, fiesta de aniversario o algo así para celebrar «La hermandad de la compañía del ensayo» (se nota que el Hobbit está en cartelera).

    Pasando al comentario de Ignacio: como dices lo digital no es un problema que solucionar, no es algo que aceptar o no. Es una enorme innovación que civilizar y poner al servicio de lo humano que nos va a acompañar por mucho tiempo. Por eso cabe preguntarse, como también decías y tratabas en tu libro, qué es compartir de verdad. Porque claro, la nueva ética de compartir, del «collaborative commons» que explica Rifkin está muy bien pero no es lo mismo que lo organice un web independiente que una empresa como facebook que se aprovecha de esta naturaleza comunitaria de la gente para extraer rendimientos masivos.

    ¡Saludos y continuamos!

    #10141
    Juan Pablo
    Participante

    Muy interesante la elección del libro y también muy interesante el giro que han tomado los comentarios, pues lo que empieza siendo un comentario social en el libro de Byung-Chul Han te remite directamente al mundo en que vivimos, donde conviven la interacción digital con cierta inhabilidad para la acción común, el trabajo competitivo con el colaborativo, el pensamiento disperso con la investigación especializada, los amores líquidos con el compromiso social…

    … Mi experiencia docente con Han ha sido muy parecida. He leído En el enjambre con mis alumnos de Informática y se entrecruzaban sus propias opiniones sobre las relaciones sociales en la era digital, las afirmaciones de Han que les sentaban mal, la incertidumbre y el no saber qué pensar… Efectivamente, como habéis dicho, en sus obras Han está intentando describir el «cambio de ciclo», estos tiempos inciertos en que vivimos. Lo cual, dicho sea de paso, creo que tiene mucho mérito, pues describir lo que pasa mientras está pasando es algo que los seres humanos, creo, necesitamos desesperadamente (justamente, para tener alguna idea de lo que pasa) pero, al mismo tiempo, es arriesgadísimo. Porque cuando opinamos sobre el presente parece como que todo «está abierto», que  hay poca sabiduría y menos experiencia. A los alumnos les causaba rechaza el tono «negativo» de Han, pero en cambio sí eran conscientes de que la lupa que pone Han está aumentando aspectos de nuestro mundo que sí son reales (incomunicación, incapacidad de desear, materialismo, desconfianza, autoexplotación).

    Aunque aún me queda por leer Psicopolítica, de sus breves ensayos publicados hasta el momento, Transparencia y Cansancio son los que más me gustan. Las preguntas con las que Antonio arrancaba este post son interesantes, pero, si me permites, creo que contestarlas traiciona en cierta forma el espíritu del ensayo, porque, sí, Han habla de un cansancio curativo y, sí, también habla de la falta de ser, pero no pretende, creo, ofrecer soluciones sino elementos para meditar. En este sentido, Han es –así lo veo– un discípulo aventajado de Heidegger, lo que se ve en ciertos rasgos estilísticos (jugar con la etimología de las palabras, salir del pensamiento abstracto refiriendo ejemplos concretos de la actualidad) y en un elemento fundamental, que es la búsqueda de lo original, de lo originario. Así, por ejemplo, en Cansancio no condena el cansancio, sino que insta a recuperar un cansancio más fundamental. En Eros, muestra como lo erótico «permea» la vida del sujeto sano, o sea, el sujeto que busca y desea. Y en Psicopolítica (que aún no he leído) propone la idiocia como un modo originario de estar en el mundo.

    Evidentemente, estas propuestas –aunque primordialmente estén destinadas a la meditación– necesitan concretarse en situaciones y experiencias de nuestro mundo. Si no, no serían explicativas de nuestra situación. Por lo general, lo que cuenta Han es algo que la mayoría vemos pero, claro, el problema es que cuando lo decimos empieza la discusión. En el fondo, ese cansancio curativo del que habla Han a los filósofos nos resuena muy cercano, porque es el cansancio del tener que hacer algo, que justamente posibilita la observación creativa del mundo, una observación no mediada por la utilidad e invadida por el afán de cuidar el mundo y a nosotros mismos.

    No se si esto que digo suena demasiado abstracto, pero sí que es una crítica que, creo, toca algo serio de nuestro mundo. Quizá se le puedan poner pegas, pero quizá también conviene no olvidar que –al igual que Heidegger y, en general, que la gran filosofía– el pensamiento de Han aspira a ser sistema, esto es, a constituirse como una gran imagen acerca del mundo, del ser humano, de la sociedad e incluso del fundamento del mundo (esto explica que haya varias ideas de Han que se repiten de ensayo en ensayo, por ejemplo). Digo esto porque, aunque se pueda criticar la letra de lo que dice o sus ejemplos y tesis concretas, en realidad debemos mirar más la imagen total a la que apunta antes que al fotograma concreto que es cada ensayo. Así es como Han debe ser leído, so pena de perder el contexto entero que da sentido al fragmento.

    #10145
    Eugenio-Navarro
    Participante

    ¡Hola a todxs!

    Después de los varios meses pasados en inhibición libronsayesca, a causa de arduo parto literario
    (@admin, tú lo sabes 🙂 pero no lo haré público hasta que pueda afrontar la demanda 😀 ),
    y ahíto de reseñar el colosal tomo de Josep Fontana,
    esperaba yo participar en el debate sobre Historia de la lectura en el mundo occidental, libro que invocamos este mes;
    pero, tras dejar transcurrir la primera mitad del febrero febril (valga la apropiación etimológicogripal),
    y habiendo llegado a la conclusión de que los apuntes retomados para ello serán horneados próximamente con vistas a nuestro sillón de Montaigne,
    aprovecho la inaugural intervención de @juanpabloserra (a quien quisiera dar calurosa, afectuosísima y reverencial bienvenida) para ¡tener al fin una excusa e intervenir!

    Porque a propósito del debate sobre este libro de Han que me pasó desapercibido (no obstante, leí vuestros comentarios disciplinadamente), y de lo indicado ayer por Juan Pablo sobre el autor (que abre el apetito), me gustaría exponeros una reciente experiencia cotidiana: de hoy mismo. Esta mañana he recibido la visita de una pareja de esos comerciales de la fe y la esperanza que en su momento supieron vencer la competencia de los Hare Krishna, pero hoy por hoy no logran hacer frente a la eficacia sin fronteras de los libros de autoayuda; y mientras ellos trataban de explicarme la diferencia abismal entre el sentimiento religioso del ser humano y esas religiones que andan haciendo estragos por el mundo, y me mostraban la celebérrima revista en cuyo número vigente se pregunta al cliente -con perdón- si es feliz en su trabajo, yo pensaba «¡Qué
    barbaridad!, si supiérais que hace cinco minutos estaba disfrutando del placer inmenso de leer a Schopenhauer…».
    Pues sí. Como afirmó @maria-ripoll-cera hay un cambio de ciclo,  y como dijo @ignaciogallego hay que HACER menos para empezar a SER más, y como subrayó @conchi las referencias a seguir están en algún tiempo o espacio conocidos… Personalmente me inclino a creer que están en la filosofía, sin duda, y que no habría que remontarse tanto como hasta Aristóteles (aunque las enseñanzas de Epicuro, con todo el desprestigio escolástico que ha sufrido su supuesto hedonismo, se estudian ahora mismo en muchas recopilaciones de consejos prácticos para el saber-vivir; y qué decir de esas reiteradas ediciones del Oráculo manual de Baltasar Gracián, por ejemplo, o alguna antología de aforismos clásicos o los incontables textos orientales, meditación, yoga y derivados…).

    Yo me estoy remontando hasta Schopenhauer, con vistas a una próxima conferencia de Carlos Javier González Serrano. Y según la excelente biografía que compuso Safranski en torno al filósofo alemán, el completo fracaso que sufrió la filosofía de éste ante la sociedad de su época, silenciada teoría de la voluntad y la representación frente al jolgorio espíriturracionalista hegeliano, a mi juicio demuestra, como insinúa el biógrafo, que los individuos que forman sociedad no quieren que se les indique dónde se puede buscar el ser de cada cual, porque hay cientos de corifeos dispuestos a encontrárselo, por módico precio.

    El otro día recordaba yo cuando era joven… Y debe de hacer mucho tiempo, porque por aquel entonces estaba muy mal visto eso de «venderse al mejor postor» -por no hablar de aquello de «vender tu alma al diablo»-; luego crecí, menguó mi cabello y no he tenido más remedio que acudir a varias terapias sobre cómo aprender a «venderme mejor».

    También en Los años salvajes de la filosofía evoca Safranski nuestra mítica Rebelión de las masas de Ortega y Gasset, al hilo de lo cual me he preguntado si no será que sucede cierta combinación de factores, fatalmente compatibles, en la generación de tanto desbarajuste como padecen las sociedades ociosas: algo de hacer pereza a la hora del esfuerzo reflexivo, se mezcla con otro poco de privilegios culturales que mejor no arriesgamos, más ese tanto por ciento de intereses creados que sacan cuantioso beneficio económico mercadeando con la mediocridad… De ser así, pienso que es una lógica que ha comenzado a resquebrajarse, víctima de incurables contradicciones internas; y mientras se muda el paradigma, la riquísima filosofía del siglo XX, heredera de Schopenhauer y potenciada por Nietzsche, puede haber comenzado a popularizarse, lo que sería un comienzo nada desdeñable.

    Al menos eso espero 🙂

    ¡Abrazos!

    #10146
    María
    Participante

    Comparto mi experiencia respecto al ser antes que hacer, perdonad que refiera a mí misma pero es que justo mi experiencia 2014 va de esto:

    https://medium.com/espanol/cambia-de-vida-si-te-atreves-f2ed9b555877

    #10191
    Juan Pablo
    Participante

    Muchas gracias, @Eugenio-Navarro, por tu mensaje de bienvenida. ¡Espero estar a la altura!

    Lo que son las cosas, a Safranski le he conocido por casualidad después de dar una clase de máster y recomendarme uno de los alumnos que leyera su biografía de Nietzsche, que sólo he podido ojear (tengo tanto pendiente por leer…) pero que me ha resultado tremendamente sugerente. Del resto que dices, sólo me inquieta una cosa, ¿realmente se está desquebrajando la lógica del tener y del hacer? Por un lado, lo admito, me gustaría creer que es así, pero por otro… hoy quien no demuestra que «hace», «comparte», «publica» y, sobre todo, que «actualiza» con regularidad es alguien que «no es». Literalmente. No estoy seguro de cómo valorar esto, pues la sospecha te lleva a pensar que, si eso es así, entonces el mundo de hoy puede ser (repito, puede ser) el mundo del postureo, reblogueado en tres sitios, y certificado con cuatro fotos en Instagram. Pero, por otro lado, me da la impresión de que a los seres humanos actuales pocas cosas nos molestan más que la impostura, por lo que incluso en el moldeable mundo virtual parecería que hay maneras de detectar a fanfarrones y «fantasmas». ¿O no? Quizá es sólo que, a medida que manejamos mejor la red, el «fantasma» de toda la vida (que pensaba que iba a ser fácil generarse un yo 2.0) tiene que sofisticarse más. No lo se. Pero incluso si llegara un momento en que el postureo y la impostura en internet no fuera algo que nos preocupara (y tiene visos de que dejará de preocuparnos más temprano que tarde), ¿hemos mejorado en algo cuando todo lo que hacemos offline tenemos que «duplicarlo» para que aparezca públicamente online? ¿Terminaremos haciendo todo online para ahorrar tiempo? ¿Inventaremos dispositivos para que nuestra propio vivir «genere» contenido online y compartible de manera automática (algo de esto ya hay con los geolocalizadores)? Y, lo que más me preocupa, ¿es algo que nos mejora?

    No lo se. Esto es un ejercicio de imaginación filosófica que aprendí de John Dewey cuando habla de la filosofía como un ejercicio proyección imaginativa del presente. Evidentemente, los seres humanos procuramos «manejar» nuestra vida, y no ser manejados por ella. Pero el caso es que me da la impresión de que el mundo actual –que vende libertad, emprendimiento y cooperación– no deja de ser «el mismo de siempre»: progresamos, crecemos, mejoramos en la medida en que nos dejan mejorar, y no lo digo en plan conspiración ni en plan dialéctico-marxista. Pero sí que, a veces, uno no puede dejar de sospechar que la máxima del hacer y emprender fuera una máxima aceptada irreflexivamente y que, además, encubre una cierta pretensión de dominio no advertida pero sí presente. Algunos hombres sí son lobos para el hombre, pero no estoy seguro de si somos capaces de imaginar (y, por ende, desear) un mundo sin esos poderes.

    Perdonad la parrafada. Los filósofos somos un poco «pesaos».

    #10193
    Eugenio-Navarro
    Participante

    ¡Hola de nuevo!

    Creo que no nos alejaremos mucho del debate sobre el libro de Han (vuelvo a confesar que no lo he leído) si, como suele decirse, por alusiones doy réplica a @juanpabloserra 🙂

    Y lo primero es encomendarme yo en estar a esa altura que mencionas, porque la verdad irrevocable es que soy un auténtico y genuino advenedizo; y por eso en incontables ocasiones me apoyo en una simple intuición para afirmar categóricamente y, como dicen por ahí, llevo en la mano una vela cuya llama es tan pequeña que sólo me deja ver la inmensidad oscura que me rodea.

    Lo segundo, recomendar apasionadamente a Safranski, porque es inmenso. Yo sólo he terminado la biografía de Schopenhauer, pero comencé concienzudamente la de Heidegger y le eché un buen vistazo a Romanticismo, y es impresionante; tres ejemplos: Safranski elige perfectamente el momento adecuado para narrar una anécdota, sigue el orden cronológico pero, para aclarar, lo salta en el momento oportuno y -dado el caso, es lo más brillante- explica las cuestiones filosóficas con una claridad que -creo- que los mismos autores habrían aclamado… no lo creo: estoy seguro 😉 Por cierto, deciros que «casualmente» ha sido también a través de Villacañas como estoy descubriendo a Schelling (como ves, @admin, continúo las pesquisas en pos de desentrañar el misterioso caso alemán)…

    Y por último (yo también lamento extenderme demasiado…): creo que hemos hablado de TENER y HACER como atributos humanos que -por el motivo que fuera- de un tiempo a esta parte han sido muy sobrevalorados, sobre todo en detrimento de SER; pero tampoco debemos perder de vista la importancia que ambas tienen en el desarrollo de ese SER, pues no somos sino en cuanto hacemos y tenemos, y aun convertidxs en eremitas, alcanzaríamos nuestro SER habiendo hecho y tenido, aunque poco. Por eso también pienso que, en sentido estricto, en los últimos cincuenta años nos hemos mimetizado hacia el esfuerzo por llegar a SER algo, aunque este algo fuera bastante insustancial.

    Pero creo que lo que estamos planteando aquí es si se puede anunciar un cambio de paradigma en base a esta crisis social de valores y a los nuevos medios virtuales y herramientas derivadas que están surgiendo, y al respecto pienso que no debemos esperar ningún cambio profundo, que una gran parte de la sociedad –que irá aumentando- mantendrá la atención sobre su whatsapp y que, en todo caso, sólo nos cabe la posibilidad de dar un giro positivo, a nivel personal pero compartiendo el empeño, si sabemos aprovechar las experiencias que nos provee la situación tan «mejorable» en la que nos encontramos, para alcanzar un mayor desarrollo individual y que siga creciendo el sueño ilustrado que nos mueve a compartir.

    ¡Un abrazo!

     

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